Entendiendo a Francisco


Pues bien, me di a la tarea de leer (o al menos dar un primer vistazo rápido), la primera Exhortación Apostólica del Papa Francisco. No es pequeña, a comparación de otras Exhortaciones, pero su contenido, sin duda, es interesante, por decir lo menos… ¡es de verdadera relevancia para la Iglesia!
          Para mí, el Papa ha sido muy claro con lo que pretende: “…indicar caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos años”. Por lo tanto, es así como debemos entender este documento, es programático, definitivo, indicativo para la marcha de la Iglesia y todo aquél que sea parte de ella (en las comunidades, grupos, jerarquía, etc.) debemos tenerlo muy en cuenta.
          El Santo Padre afirma que lo que enumera en su Exhortación tiene sentido programático (es decir, debe calar, calcularse y aplicarse en las estructuras eclesiales) y con “consecuencias importantes”. No es un documento para leer y guardar; el Papa espera que traiga una renovación eclesial, una nueva forma de hacer y entender a la Iglesia. Simplemente menciona la palabra renovación (o sus derivados) en al menos 26 ocasiones.
          ¿La manera de hacer la renovación? con la alegría. Esta palabra está repetida en 72 ocasiones en el texto, la alegría del Evangelio, la alegría del Encuentro con una persona. Evangelizadores felices, alegres, convencidos con la Misión. Esto pareciera obvio, pero si lo menciona Francisco es porque quizás es tan obvio que lo hemos olvidado… Finalmente cuando uno está convencido de cuál es el sentido de la Evangelización, que es una persona y no una estructura, es más feliz e irradia este gozo a los demás que están alejados. Se hace Misión por medio de la atracción y no por los discursos morales o las amenazas.
          Bueno, esto es poco en comparación con todo lo que se puede analizar en este indispensable documento, así que se me ocurrió que quizás, poner en común ideas o incluso un sano debate sobre el mismo (y en general de la idea de Iglesia de Francisco), sería muy fructífero y recomendable.
          Así que me animo y quisiera animarles a formar parte de este grupo que tendrá, como primera tarea, analizar los puntos de la Exhortación, a fin de dar con aplicaciones muy concretas en nuestra vida ordinaria (que el Papa ya no quiere que sea más ordinaria) en la vida eclesial e incluso personal.

          Lo primero será, claro está, conseguirse el documento. Es lo más sencillo obviamente. Después seguir las indicaciones. Mi recomendación es analizar por capítulos y a su vez, los temas de cada capítulo, y así podremos sacar provechosas recomendaciones pues, casi todos nosotros, tenemos un apostolado o trabajo muy concreto en la vida de la Iglesia, ese negocio raro para muchos, pero que a nosotros nos llena de la alegría del Evangelio.

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