La oración del Por qué



Lograr que Dios nos mire es muy sencillo. Transformarnos en niños de nuevo, más o menos en esa edad en que todo nos admira y todo nos cuestiona porque es una forma de aprender; muchas la llaman la edad del “por qué”. Una vez logrado este estado espiritual hacer la oración del por qué.
Para mí esta oración fue una novedad. Leyendo las noticias del Papa Francisco (que nunca me pierdo), me di cuenta que, poco después de los terribles desastres naturales que afectaron Filipinas (en los que murieron más de 5 mil personas), el Santo Padre se reunió con un grupo de filipinos y, tratando de confortarlos, les sugirió esta oración (que seguramente se inventó, pero que la verdad es bastante consoladora).
El Papa se pregunta: “¿Por qué pasan estas cosas? No se puede explicar. Hay tantas cosas que nosotros no podemos entender”. Aquí el Santo Padre explica la actitud de los niños: “Cuando los niños comienzan a crecer no entienden las cosas y comienzan a hacer preguntas al papá o a la mamá: ‘Papá, ¿Por qué…? ¿Por qué?, ¿Por qué?’. Los psicólogos lo llaman la edad de los ‘por qué’ porque el niño no entiende… Pero si nosotros estamos atentos, veremos que el niño no espera la respuesta de su papá o de su mamá…” El Papa asegura que el niño, con esta insistente pregunta sólo espera que su padre o su madre lo miren: “Necesita los ojos de sus padres, necesita el corazón de sus padres”.
Así nosotros debemos ser insistentes cuando no comprendemos las cosas que nos presenta la vida, cuándo no entendemos los designios de Dios; debemos hacer la oración del por qué para que Dios nos mire: “En estos momentos de dolor, esta fuerza sea la oración más útil: la oración del por qué. Pero sin pedir explicación, solamente pedir que nuestro Padre nos mire”.
Yo puedo decir esto porque hice este ejercicio espiritual apenas ayer. Algunas noticias o sucesos no suceden como uno espera o desea, entonces vienen momentos de oscuridad y hasta enojo si se quiere. Entonces, cuando me sobrevinieron estos momentos, en la soledad de mi cuarto, recordé las palabras del Papa he hice esta oración “Señor, ¿Por qué?”… Fue verdad, no esperaba una respuesta de Dios, obviamente no en ese momento, pero me di cuenta que consoló mi corazón porque volteó a verme… al menos ya sabe ahora que hay cosas que no entiendo y quizás, cuando tenga la madurez para entenderlo, me lo explicará.

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